Observatorio de Conflicto y Paz Benkos Biohó
FEU Javeriana Bogotá
Nuestra Colombia, apresada entre los horrores de la guerra clama libertad. La voces que exigen la Paz recorren las inmensas llanuras, los fértiles valles, los andes indómitos y el inconmensurable caribe. Esta Colombia del bicentenario recuerda a aquellos y aquellas que ofrendaron sus vidas por la primera independencia. Lleva también en su memoria a quienes mucho antes de la gesta independentista levantaban la bandera de la libertad. Dentro de ellos y ellas al temible cimarrón Benkos Biohó, primer esclavo libre, primera voz y acto de denuncia ante el oprobio colonial.
Más de 300 años han pasado desde que la vida física de este luchador fuera extinguida en manos de quienes saquearon nuestra patria. Sin embargo, su idea de libertad, enriquecida y arropada por miles de colombianos y colombianas, constituye en la actualidad un acumulado de luchas sociales y populares digno de retomar.
Hoy Colombia requiere miles de voces irreductibles como las del negro Biohó. Ante la guerra impuesta por unos pocos, millones de iniciativas por la Paz deben tener lugar. Dentro de este propósito es donde se enraíza nuestra propuesta de Observatorio de Conflicto y Paz. Propuesta que se refuerza en tanto ocurre dentro de la Universidad, aquel territorio llamado a ser por excelencia espacio de debate, crítica y reflexión, desde el cual se procure participar directamente en la solución de las problemáticas más acuciantes en una sociedad.
Pues bien, consideramos que las problemáticas más sentidas del pueblo colombiano se condensan en el conflicto social, político y armado que padecemos hace más de 60 años. Es por eso que el Observatorio de Conflicto y Paz Benkos Biohó, busca desplegar toda la creatividad de la comunidad universitaria mediante diversas actividades que reflexionen sobre el conflicto colombiano.
Por el momento, dicha reflexión nos ha permitido dilucidar tres aspectos que componen en esencia el núcleo duro de la presente ponencia. En primer lugar el sentido histórico de la Universidad. En un segundo plano su papel desde su poder sery, por último, el relacionado con la educación como práctica liberadora.
Frente al primer aspecto señalamos que la Universidad se erige en abstracto como un espacio de conocimiento donde los alumnos pueden acceder y aprehender técnicas y saberes que los faculten para incidir en la realidad. Un análisis histórico-crítico de esta institución nos permitiría reconocer que esta ha pasado por diversas etapas: universidad de elites, universidad de masas, universidad empresa, masificación de universidad empresa. No obstante, si partimos de que el proceso educativo yace -aunque no exclusivamente- dentro de la Universidad, el sentido del mismo lo establecerá entonces agentes externos a la misma, lo cual configura la ausencia de autonomía de la Universidad. Dicho en otras palabras, en abstracto el sentido de la Universidad es proveer un conocimiento, el cual puede ser conducido a X o Y fines por otras instituciones como el mercado.
Esta desviación del sentido de la Universidad es la que se vive en Nuestra Colombia, de ahí la necesidad -abordando el segundo aspecto- de indagarnos sobre el poder ser de esta institución. No nos planteamos el deber ser como punto de reflexión, ya que este antes que ponernos en contacto con lo realmente existente, nos remontara nuevamente a potencialidades, latencias, pulsaciones. El poder ser reta nuestra creatividad frente el estado de cosas actuales en Colombia, nos invita a recorrer las márgenes y desde ellas expandir la periferia. Es decir, ganarle terreno al mercado, provocando reflexiones dentro y fuera de la Universidad, desde y con una comunidad académica comprometida con el cambio social. Somos conscientes de que posiblemente este sea el escenario más conflictivo, lo cual lo evidencia las constantes luchas adelantadas desde hace ya más de dos años. Como la MANE (Mesa Amplia Nacional Estudiantil) lo ha manifestado, la crisis universitaria dista de ser meramente un asunto financiero; la autonomía, la democracia, el bienestar, etc., constituyen pilares de una Nueva educación para un Nuevo País. Es ahí, de manera dialéctica, donde consideramos que una Nueva educación para Colombia representa un insumo para la Paz. Una universidad sustentada en la educación como derecho fundamental; abierta, gratuita y de calidad.
Finalmente, retomando los planteamiento de Paulo Freire, consideramos que así como la educación no se agota en las aulas de clase, la Universidad debe superar las fronteras que la constriñen, desdoblando la enseñanza en programas, acciones, planes, proyectos e iniciativas que propendan por la superación de las contradicciones que en un primer momento dieron origen al conflicto social, político y armado. Comprendemos las limitaciones que esta tarea acarrea y, por eso, celebramos la labor de Javier Giraldo S.J y Francisco de Roux S.J en su propósito de contribuir a la Paz en Colombia, poniendo en práctica la misión de la Pontificia Universidad Javeriana.
La Paz en nuestro país no es una idea abstracta, o al menos no si esta es definida por quienes padecen directamente la violencia. La Paz en Colombia es salud digna, vivienda, trabajo, soberanía, participación política, respeto a las diferencias de sexo, raza o religión. La Paz es una Nueva educación para un Nuevo País, un Nuevo País para una Nueva educación. La Paz que queremos es Paz con Justicia social.
Somos entonces crítica, reflexión, propuesta y acción. Parafraseando a un viejo pensador, hoy como siempre presente, no se trata solo de interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo. Buscamos ser un equipo de hombres y mujeres prestos a un conocimiento volcado al cambio, enfocándonos en las manifestaciones del conflicto en Nuestro País y las alternativas de Paz que tienen lugar en la inmensa geografía nacional.
Una Nueva educación supone Nuevos estudiantes. La Paz en nuestro país requiere compromiso y dignidad. Están todas y todos invitados a ser parte de este nuevo proyecto que hoy empieza a Marchar.
“Pero Benkos llego y pudo vencer la tragedia, pero Benkos llego desatando las cadenas, pero Benkos llego a que su pueblo viviera una vida en libertad como allá en su tierra negra, pues todos hermanos eran. Y su sueño se cumplió, ahora estamos tú y yo para cumplir su tarea (…)”
(Fragmento de canción).
Muchas gracias.
Fuente: FEU Colombia
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