“Ojos que no quieren ver… pobrecita la Universidad” (El Chapulin Colorado)
El 10 de marzo el presidente de la república sorprendió al país presentando su propuesta de reforma a la ley 30 o ley de educación superior. A partir de ese momento comenzó otro dolor de cabeza más para el estudiantado del país, nos preguntamos si existe en el mercado un medicamento capaz de hacernos soportar tantos dolores. Desde antes de que se conociera la propuesta ya habían aparecido algunos estudiantes a predecir que una nube negra se aproximaba sobre la educación del país, pero fueron pocos los que escucharon este llamado cogiéndonos por sorpresa la propuestica de Santos y de su ministra de educación Ocampo.
Ahora lo que nos queda es afrontar la problemática como personas conscientes y no como niños a quienes se les manipula al antojo de sus padres. Se supone que el estudiantado, el profesorado y la comunidad universitaria en general es lo suficientemente madura como para no dejarse manipular e imponer “propuestas”, se supone que estamos en la capacidad de pensarnos un proyecto de educación superior que nos identifique a todos como estudiantes, como colombianos, y que se ajuste a las necesidades del país y a las exigencias de nuestro pueblo. Eso es lo que se supone pero ya dice un viejo dicho popular: que de la palabra al hecho hay mucho trecho.
Nosotros, un grupo más de los muchos que existen en la universidad (U de Antioquia), estamos plenamente convencidos de que al estudiantado le llegó la hora de dejarse de tanta palabrería y ponerse a trabajar enserio. Afuera está Santos (léase la muerte) tocando las puertas de la universidad, pidiendo que le dejemos entrar con su propuesta para acabar con la poca educación que le queda al pueblo. La pregunta es si lo vamos a permitir.
Frente a semejante situación todo estudiante tiene dos opciones: La primera y más fácil es hacer de cuenta que aquí no ha pasado nada, o que no está pasando nada… como decía un profesor en un foro la semana pasada: “ojos que no quieren ver y oídos que no quieren escuchar”. Esos son los estudiantes que quieren hacer como si los problemas no existieran, lo triste es que ahí están e ignorándolos no se solucionan. La segunda opción, la difícil; difícil porque implica trabajo, sacrificios y esfuerzos, es la de ponerle la cara a los problemas. Difícil también porque quizás tengamos que bajarle el ritmo a la academia, quizás tengamos que dejar de asistir a una que otra clase para asistir a la marcha, para ir al foro, para pegar carteles, para salir al barrio a explicarle a la gente nuestros problemas, para buscar apoyo entre otros sectores sociales,… etc.… y si las cosas no mejoran con eso, si el gobierno persiste en dejar su propuesta, si el gobierno no plantea verdaderas soluciones a la crisis de la Universidad Pública, quizás entonces tengamos que parar las clases para pelear con toda.
La semana pasada, más precisamente el jueves 19 de mayo, la ministra Ocampo explicó el avance de los debates que se han venido dando a lo largo del país. “Ocampo explicó que las propuestas provienen de los cinco escenarios en los que se ha dado el debate: foros regionales, foros internacionales, foros sectoriales, una plataforma tecnológica robusta y mesas de trabajo especializadas. Sólo a través de la plataforma tecnológica se han contabilizado 117 mil visitas, más de 1.000 inscritos y 287 aportes concretos a objetivos y temas centrales de la propuesta. . El 42% de las nuevas propuestas están relacionadas con calidad de la educación.” Lo cierto es que la comunidad académica en todo el país está bastante inquieta con este tema, pero nosotros aun parece que estamos bastante dormidos. La invitación que realizamos nosotros como Nuevo Mundo es a despertar, a bajarnos de esa nube de “aquí no está pasando nada” “yo tengo que dedicarme exclusivamente a mis estudios” porque aquí si están pasando cosas, cosas graves, que quizás pongan en riesgo tu futuro como estudiante. La invitación es a organizarnos, a participar de los espacios para la reflexión y la construcción de propuestas.
Después de mucho averiguar en el mercado no encontramos ningún medicamento que cure los dolores que aquejan a nuestra universidad, dejarla morir con indiferencia y apatía no es una opción que estemos dispuestos a aceptar, así que nuestra única esperanza es organizarnos y ponernos a trabajar; ¿Y vos, Qué pensás?
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