Después de casi 2 meses de asamblea permanente y de ver cumpliéndose nuestro primer objetivo, es importante hacer un análisis de lo que ha pasado y para donde vamos.
La carrera de medicina, antes reconocida por su rebeldía y ser tan crítica como la facultad parece haber perdido su memoria y su desarrollo histórico; bien sea por las particularidades al dividirse su tiempo con las clínicas o por la pérdida tanto de memoria sobre el movimiento estudiantil como de la relación que debe manejar la medicina con la sociedad más allá del simple asistencialismo, ha decidido permanecer callada y acrítica frente a las situaciones que han afectado a la universidad en los últimos tiempos.
Luego de soportar en silencio la falta de un hospital propio desde hace 12 años, las lesivas reformas por las cuales se realizaron movilizaciones estudiantiles, la reducción de presupuesto, la mala administración por parte de diferentes directivas, la carrera decidió levantarse nuevamente cuando se tocaron límites tan extremos como llegar a ver cirugía de forma teórica o tener que esconder la bata, el carnet y el orgullo UN para entrar a prácticas.
Sin embargo, ha sido difícil iniciar un movimiento cuando se parte únicamente de la desesperación causada por circunstancias tan coyunturales sin contar con bases políticas, de conocimiento ni históricas para lograr debates más amplios, relacionados con los problemas estructurales que han generado la crisis actual. Por razones como éstas, es que aún no se ha informado ni convocado a la comunidad universitaria a la lucha por un hospital no sólo para las facultades de la salud, sino para la universidad y la población, llevando incluso al desconocimiento de qué busca y en dónde va nuestro movimiento, o más grave aún, ignorar la relación que tiene el problema de prácticas con la ley 100, no ver como ésta se copia en la actual reforma de la ley 30 al desconocer derechos necesarios para el desarrollo de un país y ponerlos en el marco de mercancías bajo el nombre de servicios, ni llevar a cabo el debate de la entrada de capital privado que se maneja desde ya con la propuesta de Cafam para construir el hospital universitario, donde queda demostrado, según un artículo especifico, que no tendrá la autonomía necesaria para la academia (2.4 : CAFAM tendrá autonomía en la administración , funcionamiento y operación de la IPS con estructura organizacional en el marco de eficiencia, eficacia, productividad).
Pero a pesar de tropiezos y diferencias se han logrado avances, como bien los han sabido aprovechar los medios para mostrarlos parcialmente: la firma del acuerdo marco con el distrito que nos permite hacer prácticas decentes y mejora la calidad y la situación financiera de los hospitales de la red pública, actualmente en crisis, al generar una inyección de recursos por parte del distrito para su supervivencia. Sin embargo, y acá se aclararán las razones por las cuales LA ASAMBLEA DE MEDICINA SE MANTIENE DE FORMA INDEFINIDA, el rector, el decano e incluso el jefe del departamento de medicina interna han mantenido una posición reduccionista donde se plantea que un hospital universitario no es más que una serie de convenios y continúan en una terca posición de regresar al Hospital San Carlos, entidad que se encuentra en ley de quiebras desde hace años, de la cual nos sacaron hace 2 meses generando el inicio de nuestra asamblea y que en un futuro cercano se verá nuevamente en crisis debido a la consecución de un préstamo bancario para pago de deudas. YA que la carrera ha alzado su grito de libertad, decide responder ¡no!a estas propuestas que desdibujan el objetivo del hospital universitario; rechazar la falta de compromiso real por parte de los directivos y ahora empieza a generar debates más profundos sobre que significa y necesita un hospital universitario propio, autónomo y generador de nación, llevando a poner sobre la mesa temas como porqué decirle no al convenio con CAFAM, la situación del San Juan de Dios, la problemática generalizada de los hospitales universitarios en las universidades públicas cuando se vive en un sistema donde la educación y la salud se observan como negocios. Las discusiones están tomando forma, la gente está analizando las cosas más allá de lo coyuntural…la carrera de medicina de a pocos y lentamente está retomando su espíritu crítico; queda mucho trabajo por hacer, pero nuestro grito de asamblea, libertad, educación y salud para el pueblo se está empezando a fortalecer.
Cindy Rodriguez
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