En un pequeño texto de 1865 titulado salario, precio y ganancia, Marx deja dibujada la dialéctica en la que se mueven los sindicatos, o mejor la lucha de los trabajadores que usan como estrategia la lucha sindical:
“la clase obrera no debe exagerar ante sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra la causa de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección, pero no cura la enfermedad (…) los sindicatos funcionan bien como centros de resistencia contra las usurpaciones del capital. Fracasan en algunos casos por usar poco inteligentemente su fuerza. Pero en general son deficientes por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente , en vez de emplear sus fuerzas organizadas como palanca para la emancipación definitiva de la clase obrera, es decir POR LA ABOLICION DEFINITIVA DEL TRABAJO ASALARIADO”
Por esta razón no tendría sentido emprender un análisis del movimiento sindical, describiendo únicamente la arremetida neoliberal que es por esencia anti sindical, que promueve de la manera más radical la reducción de los salarios y la generación del desempleo. Debemos preguntarnos también por qué el sindicalismo actual, el histórico-Concreto ha venido dejando de lado la lucha por un país diferente, la lucha por la construcción de un sujeto político que tenga claro que de no luchar por una sociedad distinta, en los periodos de crisis del capitalismo, cada vez más constantes y de de los cuales no ha salido, las garantías y las conquistas laborales tarde temprano serán solo un bonito recuerdo.
En este periodo histórico el balance que podemos hacer desde una perspectiva cítrica y apoyados en la filosofía de la praxis, es que la suerte de los trabajadores, como una clase social cada vez mas dispersa y con una fuerte pérdida de identidad, debido a la tercerización, a la informalidad y a la abismal desocupación , no está definida por el fortalecimiento del movimiento sindical, si este antes de organizarse y mantener una lucha contra las “usurpaciones del capital” no se articula a proceso de poder popular como la minga social y popular, la marcha patriótica de los pueblos , las luchas barriales, donde se encuentran esos rostros que el capitalismo invisibiliza: la mujer cabeza de familia, el niño vendedor , el artista callejero…¿el pueblo?
Evidentemente dentro del movimiento sindical existen sujetos políticos con una perspectiva de mundo contra hegemónica, que han sido perseguidos, estigmatizados, desaparecidos de la manera más mezquina, teniendo como prueba de ello, ser el país del mundo entero donde asesinan impunemente a más sindicalistas al año. Esta estrategia llena de sevicia, es una de las razones por las cuales también las perspectivas emancipadoras del movimiento sindical se han debilitado fuertemente. Pero esto lo que nos reafirma es la urgente necesidad de que ese movimiento tradicional e histórico se articule a esos sujetos políticos emergentes, para la construcción de intereses comunes: una sociedad distinta en donde por lo menos exista el trabajo digno para las grandes capas de la población excluida, en donde el campesino, el indígena tenga derecho a la tierra, y a garantías para su producción, por medio de una reforma agraria.
El movimiento de corteros de caña es un ejemplo y una muestra de esas luchas desde las reales condiciones que impone un capitalismo decadente, con una perspectiva de lucha que supera las garantías económicas. Mas allá de luchar por la posibilidad de sindicalizarse y de mejorar sus condiciones salariales, que se parecen a las de las bananeras de 1928, este movimiento se unió a los indígenas y campesinos para decir que es necesario y posible cambiar el proyecto de país.de la misma manera la marcha patriótica en un esfuerzo enorme por reunir los acumulados políticos, es una muestra de unidad popular, a través de una lucha política única: un proyecto de país y de sociedad que toque las raíces de los problemas, parafraseando a Marx “que cure la enfermedad, y no solo de paliativos”.
Hacer de los sindicatos un escenario político de apoyo y de articulación a los que el sistema social por su propia dinámica, excluye al no poderlos subsumir en el trabajo asalariado, tiene que ser la perspectiva de lucha. Formación política , organización , unidad y transformación social, son los nodos que nos unen como pueblo, pues el pueblo es desde nuestro punto de vista ese bloque histórico en gestación, esas voces silenciadas, esos rostros que se desvanecen en la indiferencia , esa clase así como es …es el pueblo.
Henry Gómez. Licenciado en ciencias sociales.
Magister en educación ©
Investigador del CEIS (Centro de estudios e investigaciones sociales)
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