Durante los últimos meses universitarios de toda Colombia han cesado actividades y se han movilizado, rechazando el proyecto de Reforma a la ley 30 (nueva ley de educación superior) presentado por el actual gobierno. Las movilizaciones y protestas en todo el país han logrado llamar la atención de varios sectores de la sociedad y han generado preocupación en el gobierno.
Los universitarios han demostrado que la presión en las calles, las movilizaciones, y las protestas masivas pueden generar una corriente de opinión y presión suficientes para disputarse el pulso con los poderosos, han articulado de forma efectiva la presión masiva con los argumentos y las propuestas, y han puesto en tela de juicio la capacidad de una ministra pobre de ideas e iniciativa. Como nunca ha salido a relucir la inmensa incapacidad de los mediocres con poder.
El movimiento ha logrado mantener una opinión pública favorable, y ha sumado el apoyo de diversos sectores que están convencidos que el problema de la Educación Superior es un asunto que concierne a toda la sociedad.
Así mismo, en el marco de la movilización los estudiantes están consolidando una organización amplia (Mesa Amplia Nacional de Estudiantes) que se espera se convierta, con tesón, madurez y paciencia, en un referente gremial unitario de todos los estudiantes colombianos, como herramienta indispensable para la construcción del nuevo modelo de educación.
El gobierno ha anunciado la intención de retirar el proyecto de la nueva ley de educación superior radicado en el Congreso. Es probable que la prioridad para ellos en este momento sea tratar de frenar la protesta masiva universitaria y el gran apoyo que está logrando entre varios sectores sociales. Al no retirar el proyecto se ven avocados a la posibilidad de que los universitarios logren catalizar un movimiento nacional que desemboque en un Paro Cívico hacia el próximo año, con protestas de más impacto y reivindicaciones intersectoriales, lo que no sería un buen escenario para los proyectos del gobierno.
Los universitarios son conscientes de que no es suficiente retirar el proyecto, pues el gobierno puede presentarlo más adelante en condiciones favorables para el ejecutivo, tal vez modificando un poco la propuesta: “cambiando algo, para que nada cambie”. Es necesario así mismo garantizar la construcción de una propuesta de ley con la participación de los universitarios y sectores sociales.
Frente a este escenario, y ante la posibilidad de que retiren el proyecto, es indispensable mantener la movilización y aumentar la presión para garantizar una construcción realmente democrática de ley de Educación Superior. Delegaciones de varias regiones ya están llegando a Bogotá para demostrar este 10 de noviembre que la movilización sigue en pie, y que el posible retiro del proyecto, es sólo uno de los puntos que los universitarios están exigiendo al gobierno. Igualmente es importante la exigencia de garantías y la adopción de la propuesta metodológica realizada por la MANE para la elaboración de una nueva ley democrática.
El gobierno tiene una visión y un plan para la Educación Superior en Colombia, y de seguro hará todo lo posible por convertirlo en ley. Es más, esa ley es sólo la consolidación de una tendencia que desde hace tiempo han venido configurando distintos gobiernos de diferentes modos. Revertir esa tendencia sólo se logrará con organización y presión efectivas.
Si el movimiento logra mantener la presión suficiente para abrir espacios de construcción colectiva de una nueva ley, será una oportunidad para que estudiantes, investigadores, académicos, profesionales, y demás sectores se vinculen en la generación de un modelo de Educación Superior acorde a las necesidades de Colombia, y no al proyecto de nación de los poderosos: más vinculado a intereses foráneos que propios, más enlazado con intereses privados que colectivos. Será pues una oportunidad para que diversos sectores sociales se unan en un gran Frente Común para garantizar el derecho de los colombianos a la Educación.
Esta etapa es decisiva para el futuro del movimiento. Mantener en alto la movilización, fortalecer la organización, lograr unir más sectores, y volcar todo aquello a la construcción de una propuesta alternativa será el desafío. La calle también seguirá siendo escenario, porque las propuestas se defenderán con movilización.
Camilo Moreno
Universidad Nacional
Es claro que existe un derrotero muy claro en relación a la definicion de políticas en el sector educativo, se trata de la concreción de los estandares de la globalización en nuestro pais,y por otro lado el criterio de sostenibilidad fiscal no permite que la educación se eleve a derecho y se financie adecuadamente.ante La declaración de santos que es condicional en cuanto pone el retorno a clases como condición necesaria para suspender la reforma a la ley 30, resulta ingenuo ceder, el gobierno seguirá construyendo el modelo educativo funcional a esos estándares que venia mencionando, asi que lo que nos queda es la lucha, y la movilización el dia de hoy debe ser frenetica, delirante, apoteósica, para salir razones no faltan, la crisis es generalizada, a proposito de un gobierno que dignifica la barbarie.
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