viernes, 4 de octubre de 2013

El manuscrito de juventud del Procurador



Mientras el joven Alejandro Ordóñez quemaba libros inmorales como estudiante de Derecho, escribía su tesis de abogado en la Universidad Santo Tomás de Bucaramanga. Presupuestos fundamentales del Estado católico es el título del desconocido manuscrito de juventud del Procurador, escrito en 1979, que se suma a sus otras tres obras: Hacia el libre desarrollo de nuestra animalidad, Ideología de género: utopía trágica o revolución cultural y El nuevo Derecho, el nuevo orden mundial y la revolución cultural (Lea el texto completo aquí o al final de esta entrada).

La tesis del Procurador es la confirmación de algo que ya está documentado extensamente y que no debemos dejar de recordar: el Procurador es un enemigo de la democracia liberal, de la constitución de 1991, de la igualdad, de la libertad, del pluralismo y de la separación entre derecho y moral, así como entre Estado y religión. No cabe duda que el Procurador se infiltró en el Estado, primero en la judicatura y luego en la Procuraduría, con el fin de instaurar una agenda católica ultramontana. No en vano dice en su tesis: “el valor de este trabajo es establecer la existencia de un derecho político católico y la necesidad de volver a él”.

Las casi setenta páginas del texto se dividen en seis capítulos y en ellos se contiene el resumen de la doctrina del procurador Ordóñez sobre temas como: “El orden temporal a la luz del evangelio”, “La concepción católica de la vida pública”, “Fundamento del orden social y político”, “La sociedad civil”, “La libertad, la igualdad, la autoridad” y “El poder y sus límites”. La dedicatoria del libro nos anuncia el contenido: “A nuestra señora la Virgen María… suplicándole la restauración del orden cristiano y el aplastamiento del comunismo ateo”.


El Procurador dice que su tesis de abogado: “puede sintetizarse en el siguiente grito: NADA SIN DIOS”. También dice que su tesis puede ser acusada de “anacrónica, incluso medieval”, y no le falta razón. En el texto, el Procurador defiende “la cosmovisión católica del Estado” y a Dios como fuente de autoridad del poder político. El pueblo no tiene ni poder creador de derecho ni es fuente de legitimidad del Estado. Es un enemigo de la democracia: citando a Blas Piñar dice: “no hay soberanía popular que derogue el decálogo”. El Procurador considera necesario “apelar a una concepción deísta del orden público” porque “el Estado no podría prosperar si desprecia la religión”, la cual es nuestra única salvación ante los males públicos.





En el texto se recoge la doctrina del catolicismo ultramontano y antimoderno de finales del siglo XIX y es una furiosa crítica al positivismo jurídico, al utilitarismo y a la democracia liberal. La “democracia liberal-socialista” o “liberal-comunista”, como la llama Ordóñez, es mentirosa y falsa, y necesariamente nos llevará al comunismo por su “igualitarismo raigal”. De hecho, llega a justificar el franquismo cuando habla de las guerras justas y el tiranicidio.



Sus concepciones de valores democráticos fundamentales para la vida contemporánea son completamente retorcidos. La sociedad es un ente jerárquico. La libertad no es autonomía; por el contrario, es optar por la verdad. En otras palabras, no es libertad sino esclavitud vigilada. La igualdad es ocupar el lugar que le corresponde a cada uno en sociedad y no igualitarismo social. La tolerancia es una crítica a la supuesta intolerancia contra los fanáticos. La autoridad viene de Dios y el poder terrenal está limitado por el plan divino. 





Según el Procurador, la “democracia liberal-comunista” ha traído como consecuencia la proliferación de la pornografía, el fin de la censura cinematográfica, los derechos de los homosexuales y el aborto como libre maternidad. La agenda del Procurador era clara en 1979 y sigue siendo en el 2013.



El final de la tesis anuncia el fin de la civilización y la anticipación de que nos convertiremos en tribus nómadas sino abrazamos el catolicismo. No esperaba menos para el final: este es el tono de los ultramontanos. Lo más preocupante es que este fanático pintoresco es el Procurador General de la Nación, el más alto funcionario cuya función es garantizar la Constitución y los derechos fundamentales.


Alejandro Ordóñez es un subversivo de extrema derecha que pone en peligro la democracia y las libertades públicas. El lefevrista santandereano llegó a la Procuraduría a aplastar a comunistas, ateos, liberales, homosexuales, libertinos, feministas y a todos los enemigos de la fe. Es un verdadero Inquisidor General de la Nación.

Abajo algunos otros extractos de temas pertinentes. Puede leer el texto completo aquí o al final de esta entrada.

Sobre el derecho





Sobre los judíos


Contra el liberalismo y el comunismo 



Fuente: La Silla Vacia

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