miércoles, 18 de diciembre de 2013

El constituyente primario está en acción


Por: Junta Patriótica Nacional 

         Movimiento Político y Social Marcha Patriótica

16 de diciembre de 2013

Al iniciar la semana pasada Colombia confirmó la anunciada destitución de Gustavo Petro como Alcalde Mayor de Bogotá por parte del Procurador Ordoñez, lo que ha sido interpretado por muchos como un mensaje hostil contra el proceso de diálogo de La Habana; así, la semana se caracterizó por las inmensas movilizaciones en rechazo al accionar del procurador y, muy a pesar de este sujeto, el domingo cerró la semana con la buena noticia del comienzo del cese unilateral al fuego por parte de las FARC-EP.


No es la primera vez que Ordoñez atenta contra el proceso de paz, es sabido su abierta enemistad con la salida dialogada y la democracia; sin embargo, la destitución de Petro rebozó la paciencia del pueblo colombiano, y esta acción contra el Alcalde de Bogotá fue bien leída y provocó una contundente reacción de las gentes y movimientos sociales.

La estrechez del régimen que representa Ordoñez está siendo rechazada por las fuerzas sociales y populares que coparon las calles del centro de Bogotá. Las movilizaciones tan fuertes contra Ordoñez son las respuestas a varios actos antidemocráticos de este personaje, representan la indignación por sus posiciones contra el matrimonio igualitario, por los límites que le impone a los derechos de la mujer a decidir sobre su cuerpo, por la persecución contra dirigentes de izquierda como nuestra vocera Piedad Córdoba, y contra el pensamiento crítico que desde la académica han debelado verdades que la historia oficial oculta, como es el caso de la sanción contra el profesor, ex–prisionero político y de conciencia, Miguel Ángel Beltrán; todo esto sin mencionar su benevolencia con los parapolíticos y los corruptos.

Las movilizaciones de la semana anterior en Bogotá son comparables al sentir y magnitud de las marchas estudiantiles en el 2011; a la movilización de lanzamiento de Marcha Patriótica como movimiento político y social en el 2012; a la movilización por la paz del 9 de abril; al paro agrario y a los cacerolazos en apoyo de este, realizados en agosto; a las recientes movilizaciones contra el sistema privatizado de salud y la inmensa movilización de mujeres por la paz del 22 de noviembre; todo este accionar del constituyente primario tiene un mismo horizonte: la paz con justicia social.

Finalizando la convulsionada semana se dio inicio al cese unilateral al fuego por parte de la insurgencia de las FARC –EP, cese que se extenderá hasta el 15 de enero según comunicación de la vocería guerrillera.

En este marco está precisamente la demanda por el cese bilateral al fuego que desde distintos sectores de la sociedad viene cobrando fuerza. El cese bilateral es humanitariamente necesario y políticamente correcto para lograr la paz; lo demandamos las comunidades que directamente vivimos el rigor de la confrontación armada, pero además, en sentido político el cese bilateral es un excelente mensaje que ambientaría el proceso de diálogo; esta iniciativa la han propuesto distintos actores de la sociedad colombiana y ha sido el consejo de amigos internacionales de la paz del país.

Todos estos hechos son claros mensajes al proceso de paz: unos hostiles contra el diálogo, provenientes de los minoritarios sectores militaristas y fascistas que a lo largo de nuestra historia han frustrado las posibilidades de la paz; y otros esperanzadores que con las voces de las mayorías nacionales, del pueblo profundo, del constituyente primario, auspician el crecimiento de la voluntad de paz con justicia social.

Ahora bien, consideramos que la paz con justicia social sólo puede configurarse a través de la refundación del pacto social: he ahí donde emerge con toda majestad la Asamblea Nacional Constituyente como especifico que hará posible sanar la onda herida que ha dejado la guerra y prevenir que el conflicto fratricida se vuelva a presentar, para lo cual se hace menester implementar las transformaciones que requiere el cuerpo político, social, económico e institucional del estado colombiano.

El constituyente primario esta en el debate, se moviliza y toma la palabra sobre los temas de actualidad. De lo que se trata, para lograr la paz, es de abrir las puertas de la democracia, que sea el pueblo el que gobierne y no un poder constituido injusto, violento e impopular; por eso, hoy se exige una institucionalidad verdaderamente democrática, donde prime el poder de la gente y su participación: para llegar a ese escenario es importante que el establecimiento atienda las exigencias ciudadanas de transformación y haga alto al fuego.

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