jueves, 16 de agosto de 2012

Las cifras sobre desempleo no revelan la realidad de la juventud colombiana

El Día Internacional de la Juventud, que se celebró el pasado domingo 12 de agosto, es un buen marco para que la sociedad en general reflexione sobre la situación laboral de los jóvenes, toda vez que es uno de los aspectos que menos se abordan cuando se analizan los derechos fundamentales de la juventud y su posibilidad de autonomía y desarrollo. 



Las altas tasas de desempleo juvenil son hoy más que nunca un desafío para los países, es una problemática que se ha generalizado en el mundo, pasando de ser exclusiva de los países en desarrollo para convertirse en una de las más álgidas de los países desarrollados atacados por la crisis económica mundial. 

En este sentido, organismos como la Organización Internacional del Trabajo -OIT- hacen un llamado a emprender acciones de promoción de trabajo decente para la población joven. Así lo expresó Juan Somavia, su director, planteando como lema para esta conmemoración: “Construir un mundo mejor, asociándose con la juventud”.

De igual manera, la Confederación Sindical Internacional –CSI- resalta la situación de desempleo juvenil en el mundo como un drama social causado por la crisis económica de 2008, y alerta sobre el riesgo de que esta situación conlleve a una desconfianza creciente de la juventud hacia la institucionalidad política, social y económica.

Por su parte, la Oficina de la OIT para América Latina, en cabeza de Elizabeth Tinoco, recordó que en esta región 7 millones de jóvenes están a la espera de que los gobiernos enfrenten el desafío político del desempleo juvenil, y 27 millones de jóvenes trabajadores requieren mejoramiento de sus condiciones laborales, con mayor protección y acceso a derechos en términos de trabajo decente.

A diferencia del pasado, América Latina hace un quiebre importante con respecto a Europa en la tendencia de las tasas generales de desempleo, al emprender caminos diferentes teniendo como referencia las crisis pasadas. Así, algunos países tuvieron una base fiscal que les permitió desarrollar políticas de incentivo para promover el empleo. Sin embargo, en materia de desempleo juvenil en esta región, aunque se aleja de la situación europea, que tiene tasas de desempleo promedio de 18%, presenta cifras que duplican las tasas de desempleo adulto. En su último informe la OIT señala que en América Latina y el Caribe la tasa de desempleo juvenil aumentó drásticamente durante la crisis económica, pasando de 13,7% en 2008 a 15,6% en 2009. En 2011 disminuyó hasta 14,3%, pero no se esperan progresos adicionales a mediano plazo [1]

El caso colombiano

En términos de desempleo juvenil, se observa que Colombia sigue la tendencia mundial europea, alejándose de la media latinoamericana.

En efecto, mientras el índice general de desempleo disminuye en un punto en 2012, con una tasa de 10% (aunque con el aporte de trabajos precarios), la situación de los jóvenes no mejora significativamente, y dobla esta cifra. Los datos nacionales para el trimestre abril – junio de este año, muestran que la tasa de desempleo juvenil es del 19.1%, una reducción de 1.5 puntos menos que el mismo semestre en 2011, esto es, hay 1´130.000 personas entre los 14 y los 26 años sin ocupación. La situación de desempleo es más crítica en las mujeres jóvenes, con una tasa de 25,2%, mientras que tasa masculina fue de 14,7% [2]

Cuando se plantea una tasa de esta magnitud en un rango de edad que abarca también a menores de 18 años, se concluye que los niños y niñas están buscando trabajo por las condiciones socioeconómicas de las familias, y entran a hacer presión al mercado laboral en una edad que se supone exclusiva para la formación académica y personal. En estas condiciones los niños y niñas [3] de hoy serán trabajadores precarizados en el futuro, por su falta de formación.

En 2011 el segundo lugar en posición ocupacional fue el cuenta-propismo, con el 32%; franja ésta que comprende trabajadores informales con salarios precarios, sin protección ni derechos. También llama la atención que pese a los esfuerzos del gobierno en la promoción del emprendimiento (casi que la única alternativa de creación de nuevos empleos), solo el 1% de los jóvenes califica como empleadores [4]

Por otro lado, los recientes estudios realizados a partir de los datos del DANE, entre ellos los del Ministerio de Trabajo, muestran que el desempleado promedio tiene una edad de 31,6 años, y más de 9 años de formación. Es decir, jóvenes que se han capacitado para el trabajo de calidad y no lo consiguen, lo que da cuenta de la poca disponibilidad de empleos a pesar de la llegada de nuevas empresas en el país, y de la poca credibilidad que se tiene en los y las jóvenes como empleados.

Tal situación plantea, en palabras de la OIT, el riesgo de desesperanza de una generación marcada por el desempleo, que no encuentra en la educación mayores garantías para un trabajo decente y se sumarán finalmente a la población inactiva, no por convencimiento y posibilidad, sino por la falta de oportunidades laborales e incredibilidad en la educación, con el riesgo inminente de ser presa fácil de las redes ilegales y del conflicto armado del país.

Las políticas gubernamentales dirigidas a darle salida a la problemática de desempleo juvenil se han limitado a dar incentivos tributarios a las empresas, a través de La Ley 1429 de 2010 de Formalización Empresarial y Primer Empleo, ley ésta que presenta una balance regular en materia de generación de trabajo decente para la juventud. Como también se esperaba que tuviera un impacto importante la exención de parafiscales e impuestos de renta a las empresas formales que contrataran, entre otros, a menores de 28 años.

Según el último informe del Ministerio de Trabajo, esta ley ha permitido crear hasta ahora 416 mil [5] nuevos puestos de trabajo para los jóvenes, dato éste que debe ser analizado más detalladamente, en tanto no da cuenta de la poca reducción porcentual de la tasa de desempleo juvenil (de 1.5 puntos) entre el 2011 (año en que empezó la vigencia de la ley) y las cifras actuales. Tampoco evidencia la cotidianidad de tantos jóvenes que se ven en las calles trabajando informalmente, que esperan en sus casas alguna oportunidad de empleo, o que finalmente ni estudian ni trabajan. Además es necesario un análisis de la configuración de estos trabajos en materia de condiciones laborales, en tanto que, según el Ministerio de Trabajo, en el 2011 sólo el 3% del total de las empresas beneficiarias de la ley proporcionaban la seguridad social a sus empleados.

En este panorama se hace imperativa la construcción de políticas, o ampliación de las actuales, hacia el enfoque de trabajo decente, esto es: acceso al empleo en condiciones de libertad, entre ellas la libertad sindical para el diálogo social, equidad, protección social, dignidad, remuneración justa y, en particular para la población joven, la formación para el trabajo acorde con las capacidades e intereses, con la oferta del mercado y las necesidades sociales. Pero sobre todo la no discriminación por razones de edad, sustentadas en la inexperiencia laboral. 

En: Colectivo de Abogados
______________________________
[1] Organización Internacional del Trabajo –OIT- Informe sobre las “Tendencias mundiales del empleo juvenil 2012” www.ilo.org.
[2] Departamento Nacional de Estadística –DANE- Mercado laboral de la juventud, Anexo trimestre abril – junio de 2012.
[3] Como lo muestran la tasa de 9.2% de trabajo infantil en el país en 2009.
[4] Escuela Nacional Sindical. Informe Nacional de Coyuntura laboral y Sindical, 2012. Datos DANE 2011.
[5] http://www.mintrabajo.gov.co/index....

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