LLAMAMIENTO
COMITÉ NACIONAL DE REPRESENTANTES ESTUDIANTILES
Compañeros y compañeras estudiantes
Comunidad universitaria en general
El Comité Nacional de Representantes Estudiantiles de la Universidad Nacional de Colombia, reunido los días 19, 20 y 21 de febrero en la ciudad de Palmira, discutió la situación de la educación superior en el marco del gobierno de Juan Manuel Santos, concluyendo lo siguiente:
Bajo el discurso fachada de la Unidad Nacional la política de “prosperidad democrática” del actual gobierno de Juan Manuel Santos pretende desconocer la existencia real de una oposición al modelo económico, político y social; modelo que la elite colombiana ha concebido e impuesto en Colombia. Buscando cooptar sectores sociales y acallar mediante la brutal violencia Estatal (tanto simbólica como física) la legítima protesta del pueblo colombiano -al igual que en el periodo presidencial de Álvaro Uribe Velez-. Al mejor estilo de re-encauche del “Frente Nacional” que vivió la sociedad colombiana en la pasada década del 60, esta pantomima de “democracia real” tiene como finalidad beneficiar a los sectores de la élite de acuerdo a principios tecnócratas, reorientando la política pública, transformado en mercancías los derechos fundamentales de la población; garantizando de esta manera el fortalecimiento del sector financiero (banca nacional e internacional) al tiempo que lo plantea como un elemento transversal de la cotidianidad de los y las colombianas, haciéndonos creer que su “prosperidad”, es la prosperidad de todos y todas. Nada más falso. Este modelo de país que fortalece el mercado, que genera ganancias para pocos, y que -aunque los discursos del gobierno digan lo contrario- ahonda profundamente las desigualdades sociales, se plasma hoy en el nefasto proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo de los próximos 4 años de gobierno de Juan Manuel Santos.
Esta discusión no rehúye la relación universidad-sociedad: “A todo modelo de país corresponde un modelo de universidad”, y en este sentido, el gobierno de Juan Manuel Santos ha planteado como uno de sus objetivos consolidar un modelo de educación y de universidad -herencia clara de la Revolución Educativa de Uribe- que sea coherente con el país al servicio del capital financiero que están construyendo, y que a su vez, sea capaz de reproducirlo. En este orden de ideas, el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo propuesto por el gobierno nacional, plantea con base en indicadores de gestión como: cobertura, calidad, eficiencia y productividad académica, la pertinencia de los programas curriculares (la empresa privada dice qué se enseña y para qué se enseña). Limita la garantía de nuestro derecho a la educación al condicionar la destinación de recursos para las universidades, institucionaliza la práctica de la des-financiación de las universidades públicas sometiéndolas a una lógica constante de competencia, y obligándolas a fortalecer su relación con la empresa privada para conseguir mayores recursos, autofinanciarse, y -quizá- lograr sobrevivir. ¿Qué ejemplo más claro de ello, que la petición por parte de la Universidad Nacional de un préstamo por más de $100.000’000.000°° a la banca privada, que sume a la Universidad en la cultura del endeudamiento, e implica la resignación ante un Estado que se desentiende de sus responsabilidades con
Nos vemos entonces en un contexto de múltiples reformas universitarias que buscan amoldar la universidad a las exigencias del mercado y la ausencia del Estado. La administración de la UN renuncia a la autonomía universitaria y reforma la Universidad respondiendo a imposiciones y chantajes del Ministerio de Educación Nacional: Construye un gobierno universitario antidemocrático que privilegia las lógicas administrativas, prostituye la academia a la venta de servicios, y se arrodilla ante las migajas presupuestales que ofrece el gobierno nacional…
Es imprescindible que como comunidad universitaria entendamos que la discusión trasciende el tema presupuestal: lo que se nos impone es un modelo de universidad que se adapta a un modelo de país…Modelo de país que niega el debate y el pensamiento crítico como opción válida para el desarrollo; este modelo de país que niega la importancia de la construcción democrática y la reivindicación de la autonomía universitaria como elementos indispensables para avanzar en la construcción de una educación que ponga sus conocimientos al servicio de la transformación de los modelos vacuos y antidemocráticos
Este escenario plantea grandes retos para el movimiento social colombiano y en particular para el movimiento estudiantil, en la cualificación del debate, y en el reconocimiento de la unidad necesaria -entre estudiantes, trabajadores y profesores, al igual que con el conjunto de los sectores sociales- para dar una lucha contundente por una educación integral, que respondan realmente a las necesidades del pueblo colombiano, y que propenda por el respeto, el enaltecimiento y la dignificación de la vida.
Hacemos un llamado a profesores, estudiantes y trabajadores… a los colombianos y
colombianas a los que se debe esta universidad, a construir procesos de movilización y organización contundentes que nos permitan confluir y confrontar las políticas públicas proyectadas en el Plan Nacional de Desarrollo 2010 - 2014, y el modelo de país que con él se nos impone; Hacemos un llamado a alzarnos en gritos por la defensa y lucha por una universidad pública, popular, crítica, autónoma y de calidad, construida desde las bases sociales y al servicio de las mismas; por la posibilidad de pensar y construir un país en el que la educación sea fuente y elemento de vida… un grito de libertad!
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