Por: Laura Maria Ligarreto
Como lo reportó Prensa Universidad, durante el sábado y el domingo que acabarón de pasar, se desarrolló en la sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia el primer Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios bajo el gobierno de Juan Manuel Santos, y como resultado, se arrojarón, a mi juicio importantes avances para el movimiento estudiantil universitario del país.
La primera conclusión fue la creación de la Mesa Amplia Nacional, entendida como el espacio de confluencia de los diversos procesos organizativos sin importar las diferente dimensiones geográficas o de orientación política de las mismas, siempre que se comprometan con la construcción de referentes organizativos gremiales es decir: de base, amplios, abiertos, pluralistas y democráticos que permitan la articulación del grueso de los estudiantes en pro de la defensa de la educación pública como derecho fundamental de todas y todos los colombianos.
Está es quizá la más importante definición que hemos tomado el conjunto de expresiones organizadas del movimiento estudiantil, en, por lo menos los últimos 7 años, y es muestra de la voluntad de trabajo conjunto que tenemos, es decir, es muestra de que al igual que otros sectores sociales, el movimiento estudiantil, no desapareció con los 8 años de dictadura de Álvaro Uribe Vélez, y que aunque sufrió fuertes golpes tanto por las condiciones objetivas como por el desarrollo subjetivo del mismo, hoy estamos retomando la senda unitaria de lucha que sin lugar a dudas nos va a conducir ahora a importantes victorias en favor de la universidad que soñamos.
El segundo mensaje que esta primera conclusión del Encuentro nos debe dejar clara a todos los universitarios del país es que, los jóvenes, los universitarios, seguimos creyendo en la utopía, seguimos soñando con un país mejor en el que todos tengamos la posibilidad de desarrollarnos íntegramente y para eso, un país, en el cuál, repito, la educación sea un derecho y no una mercancía.
Con el segundo gran bloque de conclusiones, las correspondientes a movilización, se completa el mensaje de la utopía con la disposición a dar la pelea por no permitir el avance de leyes y gobiernos regresivos para los intereses del pueblo. Por tanto nos declaramos en oposición al gobierno, el plan nacional de desarrollo- como cristalización del proyecto de país de la oligarquía colombiana- y las reformas legislativas de Juan Manuel Santos para todos los sectores de la política nacional. Esta es, una oposición que no se queda en las declaraciones, documentos o intervenciones del encuentro sino una oposición que se demuestra y se fortalece en la protesta social, en a acción popular.
Es así como además de las jornadas de movilización programadas para el primer semestre, en donde caben rescatar, la del 7 de abril, el 1 de mayo y las de rechazo al PND, para el segundo semestre, en el marco de las discuciones sobre reforma a la ley de educación superior, los estudiantes universitarios, saldremos a las calles, pararemos nuestras universidades y ciudades para exigir una NUEVA LEY DE EDUCACIÓN SUPERIOR, VERDADERAMENTE DEMOCRÁTICA Y ACRORDE NO A LO QUE REQUIERE EL MERCADO, SINO COLOMBIA PARA SER UN PAÍS MÁS JUNTO Y DEMOCRÁTICO.
Adicionalmente, que es muy importante señalar, el compromiso de articulación de diferentes espacios de legislación popular, y discución sobre la educación suprerior en Colombia en un solo evento, amplio en la variedad de opiniones y el número de personas y procesos que recojamos para pasar de la oposición al gobierno, a defender nuestra propuesta de universidad, nuestro sueño de país.
Finalmente, solo queda decir que el encuentro de Bogotá representa, sin lugar a dudas un importante, por no decir fundamental paso en la reconstrucción de un sólido, crítico y propositivo movimiento estudiantil, pero no podemos por eso, bajar la guardia en la construcción de referentes organizativos de base pues solo con la vinculación y la participáción de todos y cada uno de los Universitrarios, las conclusiones de este encuentro serán ruta de trabajo y guía para la defensa de la universidad en lo que hoy el Gobierno de Santos la atacá, su esencia como conciencia crítica de la sociedad.
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