Fuente: La mala obediencia.
La mala costumbre de referirse a la cultura regularmente como un sustantivo inanimado, en las tareas de las organizaciones sociales y políticas colombianas y sus planes de acción, al pretender darle vida a la cultura relacionándola como un sinónimo tajante del folklore, dejando a este último como la única fuerza de esta, y reproducir constantemente esta relación, es en efecto legitimar así un desden que dirige la motivación del relleno sin sentido al incluir la cultura como un tema que permite la culminación de encuentros, reuniones, foros, congresos etc. con un acto “cultural”, asegurando al final de todo haber discutido las líneas de mayor importancia e interés dentro de la táctica revolucionaria.Esta condición reafirmada en un “sentido común” ya consolidado en la opinión general, se limita a no ver más allá de los actos culturales, en ves de profundizar el estudio de la cultura que se plantea como algo nuevo, revolucionario. El análisis de esta poderosa herramienta y su carácter de transformación, el poder que tiene el “buen sentido” de un análisis objetivo de la cultura, es prioridad ante el océano de malas costumbre vueltas cultura, por muchas de las organizaciones políticas y socialmente revolucionarias, que establecen su postura de rechazo a la cultura tradicional en el manejo de la política en Colombia. Intentar resolver esta situación permite alcanzar un nivel de transformación autocrítica de las tareas y retos que la sociedad civil se plantea frente a la dinámica del régimen, al asumir el análisis de la cultura no solo en los esquemas que puedan arrojar los análisis estructurales y del Estado, la religión la sociedad civil, que se reflejan en un análisis de coyuntura y así plantear la línea a seguir como organizaciones, si no más bien de un análisis de la cultura al interior de las organizaciones progresistas que se reclaman como de oposición y que toman postura moral y ética en el escenario de la sociedad civil.
Para entender esta idea remitámonos a Antonio Gramsci y su postura frente a la cultura y así tener de forma mas precisa los argumentos para sustentar las ideas planteadas en el párrafo anterior:
- Dejar de concebir la cultura como saber enciclopédico en la cual el hombre no se contempla más que bajo la forma de un recipiente que hay que rellenar y apuntalar con datos empíricos…. Esta forma de cultura es verdaderamente dañina, especialmente para el proletariado. Solo sirve para producir desorientados, gente que se cree superior al resto de la humanidad por que ha amontonado en la memoria cierta cantidad de datos y fechas que desgrana en cada ocasión para levantar una barrera entre sí mismo y los demás…. Solo sirve para producir ese intelectualismo cansino e incoloro…. Más deletéreos para la vida social que los microbios de la tuberculosis o de la sífilis para la belleza y la salud física de los cuerpos. El estudiantillo que sabe un poco de latín y de historia, el abogadillo que ha conseguido arrancar una licenciatura a la desidia y a la irresponsabilidad de o profesores, creerán que son distintos y superiores incluso al mejor obrero especializado, el cual cumple en la vida una tarea bien precisa e indispensable y vale en su actividad cien veces más que esos otros en las suyas. Pero eso no es cultura, sino pedantería; no es inteligencia sino intelecto, y es justo reaccionar contra ello.
- la cultura es organización, disciplina del yo interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior conciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su función en la vida, sus derechos y sus deberes.
- en ese sentido histórico y respondiendo al legado de las movilizaciones de masas en el siglo XVIII y XIX. Y esa conciencia no se ha formado bajo el brutal estímulo de las necesidades fisiológicas, sino por la reflexión inteligente de algunos, primero, y, luego, de toda una clase sobre las razones de ciertos hechos y sobre los medios mejores para convertirlos… en signo de rebelión y de reconstrucción social. Eso quiere decir que toda revolución ha sido precedida por un intenso trabajo de crítica, de penetración cultural.
- a modo de síntesis: la conciencia unitaria del proletariado se ha formado o se esta formando a través de la critica de la civilización capitalista, y critica quiere decir cultura, y no ya evolución espontánea y naturalista…. Yo que se opone a los demás, que se diferencia y, tras crearse una meta, juzga los hechos y los acontecimientos, además de en si y por si mismos, como valores de propulsión o de repulsión. Conocerse a sí mismos quiere decir ser lo que se es, quiere decir ser dueños de sí mismo… ser elemento de orden, pero del orden propio y de la propia disciplina a un ideal. Y eso no se puede obtener si no se conoce también a los demás, su historia, el decurso de los esfuerzos que han hecho los demás para ser lo que son, para crear la civilización que han creado y que queremos sustituir por la nuestra. Quiere decir tener noción de que es la naturaleza, y de sus leyes que rigen el espíritu. Y aprenderlo todo sin perder de vista la finalidad última, que es conocerse mejor a si mismos a través de los demás, y a los demás a través de si mismos.
Siendo consecuentes con la filosofía gramsciana, que nos convoca a tener firmeza con la filosofía praxis de tradición marxiana y de los aportes de Lenin a la comprensión de la hegemonía burguesa, pero en especial, el aporte orgánico de estos clásicos, que convoca a apoderarse del papel de contraatacar y derrumbar la hegemonía de la burguesía para instaurar una hegemonía de las mayorías, revolucionaria, contrahegemónica, de la paz, de la armonía, de la equidad, en conjunto con una prometedora firmeza en la comprensión cultural de nuestro entorno, pero también de nuestras propias organizaciones, para evitar así debacles a causa del burocratismo y de los egocentrismos indeseados, pero más que indeseados, innecesarios en el ejercicio de la política, ya que el sentido de la filosofía praxis no es perecer en el futuro, sino, de no dar marcha atrás a ese pasado enterrado, y cultivar el presente que augure trascendencias, rupturas de paradigmas, llegar a un nuevo eslabón social, político, económico y cultural. En este sentido el análisis de la cultura de las organizaciones social demócratas, progresistas, y revolucionarias no solo tiene que cumplir con el análisis exógeno, que oriente y plantee una ruta política a seguir, si no que también es necesario para conocer a los otros, y además ser propositivos, es vital conocernos a nosotros mismos, y con esto no es referirse magistralmente a los clásicos que representan las distintas ideologías, ejerciendo la demagogia de izquierda, si no más bien, en hacer un examen como organizaciones de las funciones que están inmersas en el día a día de ese complejo entramado de relaciones sociales, exigiéndose como sociedad civil, pero también exigiendo distinción con la sociedad civil en boga de los burgueses, y de la sociedad política tradicional que reclaman para sí el poder político vitalicio para su clase social.
Los escenarios donde estas organizaciones ejercen su función política en la sociedad civil colombiana, para este caso el movimiento estudiantil universitario deberán visionar como aquel titulo del libro escrito por un reconocido dirigente comunista colombiano, aludiendo lo que nos representa, no las sombras, sino “nosotros el arco iris”, pero no solo de los sectores organizados de la ideología comunista, es ahí donde la comprensión tiene que trascender en esta épocas que merecen nuevas interpretaciones. Por tanto la política de la unidad vanguardista y vergonzosa, que es de todos conocido, en su actuar aplastante con el papel de los comunistas (entiéndanse todas sus expresiones, marxistas leninistas, maoístas, et. etc.), de los anarquistas, de los camilistas y de sus múltiples expresiones “independientes”, que reclaman para si la menbrecía de precursores, a partir de sus principios, sus nobles y justas luchas, que podrían hacer mérito para esto, situación que es eclipsada por el entroncamiento que resulta el posicionar subjetivamente valoraciones de bueno o malo de las rutas que se plantean en esta múltiple gama de sectores políticos, esta situación convierte a cada uno de estas organizaciones en legitimadores de dogmas jurídicos resueltos por cada una estas organizaciones como normas ley que nacen en su seno y que no necesariamente sean actos clásicos de leguleyos, solo con su actitud de intransigencia basta y sobra, esta condición solo asegura la formación de dirigentes-tutores encubridores de verdad, mañosos con hambre de triunfos efímeros, ambiciosos no de ímpetu por apoyar al prójimo, si no de apoyarse en el para escalar por encima de otros, mutiladores de los principios y de la visión concensuada que todas las organizaciones tienen para formar un nuevo hombre y mujer, esta forma ya vuelta práctica común, vuelta cultura, costumbre, no es la cultura que merece comprender el pueblo colombiano, y más aun de la cantera de hombres y mujeres que trascenderán el espacio universitario y apoyaran otros sectores de la sociedad civil, eso no es plantear con seriedad una nueva hegemonía, es enterrar la cultura contrahegemónica en el futuro, a nombre de la opinión pública que pone y quita presidentes, que legitima masacres, y que mantiene vetada la memoria histórica. No es decir entonces que no exista la crítica de posturas y de visiones diferenciadas del mundo, es de trascender, de crear, en palabras de Gramsci ante esto es necesario reaccionar, ante el estancamiento de la critica inerte intransigente y que solo beneficia y alimenta los egos de los dirigentes tramposos. La inclusión de las mayorías que comúnmente se encuentran en estos discursos que sirven para ganar votos, para agitar la movilización, etc. ya es hora de preocuparse en verdad por la vil multitud.
Hasta cuando tendrán que esperar y soportar los desposeídos que van a sus lugares de estudio sin el alimento necesario para atender sus clases, de los incautos que guiados por los medios masivos de comunicación asumen ser indiferentes ante el desangre presupuestal de la Universidad pública, o el simple estudiante de a pie que espera ser escuchado con sus ideas, para que la política de unidad en el escenario estudiantil superior sea un hecho que abra las puertas a las batallas contra la tiranía, contra el terrorismo de Estado? es tiempo de ser serios, y de avanzar con el fin de que las mayorías asuman las relaciones de agitación, que sean ellas las que rodeen y hagan la defensa del anarquismo, del comunismo, del camilismo y sus “independientes”, no los discursos malintencionados de corrillo, que ellas (las mayorías) acompañen a los militantes heroicos desprevenidos de cualquier bajo deseo mundano. La diferenciación es clara si nos reclamamos como integrantes de esa sociedad civil que nace como reflejo de la modernidad, en esa modernidad característica del mercado que define lo subjetivo y objetivo de las relaciones sociales del ser humano, es precisamente esta sociedad civil que nace, que madura y se asocia, como crítica al modelo de mercado que determina las relaciones sociales y de producción. Se hace referencia a esa sociedad civil que reclama la clase obrera del 48 en Francia, ante el cierre de oportunidades de un espacio político que no es patrimonio de una clase especial burguesa, actitud que continuo con los traidores que bañaron en sangre las ilusiones de la comuna de París de 1871 , de nuestra propia sociedad civil colombiana, que le da vida a esa distinguida tradición de movilización de masas desde el ímpetu de los comuneros aguerridos y desposeídos de 1781, los artesanos que se toman el poder en 1854, del nacimiento del movimiento obrero y proletario y sus conquistas en las primeras décadas del siglo XX, y el nacimiento de la mayoría de los sindicatos obreros de carácter antiimperialista, en esa importante coyuntura el nacimiento del Partido Comunista Colombiano, los movimientos agrarios y por la defensa de la tierra y el campo en los 40 y 50s, la poderosa UP de los 80s, y la nueva esperanza del pueblo colombiano en el siglo XXI el Polo Democrático Alternativo PDA, y su ideario de unidad, demuestra que la sociedad civil es un escenario de los REVOLUCIONARIOS, es un escenario político que combate esa hegemonía impuesta como privilegio de las conquistas burguesas (conquistas gracias al papel de la muchedumbre que embestía con fuerza y decisión sobre la oligarquía que amenazaba los acumulados de los burgueses en el siglo XVIII).
Para terminar, esa cultura nueva que en modo general comparten las organizaciones políticas y estudiantiles y la necesidad de construirla de acuerdo a los principios políticos que impulsan la conciencia y la movilización de sus militantes y adeptos en la actualidad, esa que habla de combatir la hegemonía burguesa del capital vigente desde hace mas de dos siglos, es casi hablar con esa valiosa frase del cura camilo, “prescindamos de los que nos desune, avancemos en lo que nos une”. Finalmente y como síntesis de estos planteamientos Resolver el examen de la cultura hacia adentro, es derrotar las falsas intenciones de servir al pueblo.
Escuchemos lo que nos dice aquel personaje entrañable, valioso para la vida filosófica y política mundial, un verdadero ejemplo revolucionario para la cantera de los jóvenes que se quieren vincular al ejercicio de la política y a dedicar su vida por la edificación de una nueva cultura a Vladimir Ilich Ulianov “Lenin” FIRMES EN LOS PRINCIPIOS, FLEXIBLES EN LA TACTICA. ………….. El debate esta abierto…
Miguelangelo
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