Carta abierta de los representantes estudiantiles y los estudiantes de la Universidad de Caldas al rector Ricardo Gómez Giraldo
Señor rector,
Con la gestión y las políticas que usted ha implementado en la Universidad de Caldas durante los últimos 5 años, quiénes hacemos parte del estamento estudiantil, hemos tenido serios reparos y nos hemos opuesto firmemente a las medidas antidemocráticas y abiertamente mercantilistas, que usted ha impulsado junto a su equipo directivo. En este lapso de tiempo, no han sido pocas las discusiones que los estudiantes hemos sostenido con usted en el marco de consejos, reuniones, asambleas, foros y otros escenarios, en los que su desdén por la opinión de este estamento y su prepotencia, amparada por las mayorías con las que ha contado en los órganos de dirección, han sido las constantes.
En la política institucional, que se sintetizó en el plan de desarrollo 2009-2018, quedó plasmada su visión de una universidad con un enfoque gerencial, excluyente y orientada no por la función social que debe cumplir, buscando contribuir al desarrollo de la región y la nación, sino por fines utilitaristas que responden únicamente a los requerimientos del mercado y de los particulares. De allí, que como metas de la institución se hayan trazado, entre otras, generar en el año 2018 el 45% del presupuesto anual a través de recursos propios, adecuar la oferta de pregrados a los requerimientos del entorno de acuerdo al enfoque de pertinencia, ajustar los currículos a modelos pedagógicos basados en el aprendizaje autónomo, fortalecer la vinculación universidad-empresa y actualizar el sistema de tarifas y cobro de servicios para gestionar nuevos recursos. Bajo este marco, las determinaciones que se han tomado en los últimos años, han lesionado la calidad académica de la institución, violentado la autonomía universitaria, reducido al mínimo los escenarios democráticos e incrementado la consecución de recursos propios. Es decir, su propuesta de universidad ha buscado continuar con las políticas neoliberales en educación superior impuestas desde la ley 30 y profundizadas hoy por el gobierno de Santos, en lugar de propiciar alternativas, como las que hoy proponemos los estudiantes colombianos agrupados en la MANE a través de una nueva ley de educación superior.
Entre muchas otras, son razones suficientes para que los estudiantes de la Universidad de Caldas rechacemos su presencia y creamos que la institución merece un rumbo diferente, acciones como el consentimiento dado por usted en 2007 a los agentes del ESMAD para que irrumpieran con sus tanquetas el claustro universitario buscando sofocar por la fuerza las legitimas manifestaciones estudiantiles; la reforma a la normativa que impulsó para favorecer su reelección en 2009; la persecución, el despido y la violación de los derechos de los trabajadores; la ampliación indiscriminada de la oferta académica que se incrementó en 27 programas en los últimos 4 años, casi todos autofinanciados; la firma a espaldas de la comunidad universitaria de un convenio con clausulas de confidencialidad con la transnacional minera Anglogold Ashanti; el aumento desmedido de los docentes ocasionales, la ruptura de los acuerdos suscritos con ellos y el trato indigno que les ha brindado; el elevado e irresponsable endeudamiento en obras importantes pero no prioritarias como el centro cultural Salmona; su ausencia por semanas completas de la universidad debido a los estudios de doctorado que inició este año pese a su enorme responsabilidad al frente de la institución; la propuesta de elevar el número de horas semanales de los catedráticos de 12 a 15 para elevar la oferta docente con esta figura; su actitud tibia y falta de carácter frente a la disminución de los recursos de la estampilla Pro-Universidad; el despiadado aumento en el costo de las matriculas, que le ha cerrado las puertas de la universidad a miles de estudiantes de la región y el país; y la continua e incesante reforma académica con la que se ha recortado y flexibilizado el currículo de los programas académicos y con la que se ha convertido a los salones en verdaderos campos de concentración académica con más de 60 alumnos.
A estos hechos, se ha sumado un nuevo agravio que demuestra la falta de un genuino compromiso con la institución por parte suya. La intención de abandonar su cargo actual, en el que todavía le resta más de un año, sin mediar consulta o advertencia a ninguna de las instancias de dirección de la universidad, es el reflejo inequívoco de su abierto desconocimiento a la comunidad universitaria como un interlocutor indispensable y legitimo, y de que sus propósitos personales no solo están por encima de los de la institución, sino que están completamente desligados de los de estudiantes, trabajadores y docentes de la Universidad de Caldas.
Si las disculpas que usted ha pedido públicamente por este hecho, son sinceras, su deber ahora es apartarse, renunciar a su cargo y dejar que otra persona en su lugar, encare la responsabilidad que implica ser el rector de una universidad de carácter nacional, con más de 12.000 estudiantes, 900 docentes y decenas de trabajadores. El compromiso con una institución de esta importancia debe ser irrestricto e indeclinable y en su caso las acciones han hablado por sí solas, demostrando que usted debe estar en otro lugar.
Respetuosamente,
Darío Arenas Villegas
Representantes Estudiantiles Consejo Superior
Alexander Álvarez Giraldo
Representante Estudiantil Consejo Académico
Felipe Marín
Representante Estudiantil Consejo Académico
Diego Franco
Representante Estudiantil Consejo Ingenierías
Natalia Ríos
Representante Estudiantil Consejo Artes y Humanidades
Hayden Rodríguez
Representante Estudiantil Consejo Ciencias Jurídicas y Sociales
Yeferson Patiño
Representante Estudiantil Consejo Ciencias Agropecuarias
Reynaldo Cardona y Cristian Correa
Representantes Estudiantiles Comité de Matriculas
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