Hoy se cumplen 520 años de la llegada de Colón a América, y casi 100 años desde que comenzaron a celebrar el Día de la Raza. Pero, ¿qué se celebra este día?
En 1914 se celebró por primera vez, con el título excluyente de “Fiesta de la Raza Española”. El personaje que propuso este día, dijo: “Se conmemorará el descubrimiento en homenaje a Cristóbal Colón”, y más adelante se refiere a los conquistadores como “nación civilizadora”, en oposición a los indígenas, dándolos a entender como salvajes; lenguaje despectivo usado por la mayoría de los europeos. Después de la primera celebración, diversos gobiernos intentaron suavizarlo poniéndole nombres como “Día de la Raza Mestiza”, o “Día de la Hispanidad”.
Ahora, esta fecha nos la presentan como “el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos indígenas y los españoles”, y la imagen de Colón es adornada con heroísmo y gloria. Pero hay que ponerlo en duda: “¿puede afirmarse que América fue descubierta sin incurrirse en un absurdo?” (O’Gorman).
Examinemos el acontecimiento: la expedición de Colón partió el 3 de agosto de 1492 con la idea de llegar por una nueva ruta a las Indias –es decir, a lo que para los españoles de aquel entonces era el continente asiático–. Una vez llegaron el 12 de octubre, pensaron alcanzar su objetivo. Muestra de ello es que Colón en su narración, a los pobladores que se encuentra los llama “indios” –gentilicio para los oriundos de la India–. Colón creyó hasta el último día de su vida, en 1506, que había llegado a las Indias (Asia), o sea, no supo, ni sospechó, que llegó a otro continente diferente a Asia.
Entonces, ¿no les parece ilógico que se diga que Colón descubrió América? Ni siquiera descubrió lo que él juzgó haber descubierto: una nueva ruta hacia las Indias (Asia), ¡porque a donde llegó no eran las Indias!
Para atribuirle a Colón el descubrimiento, habría sido necesario –y esto ya es un supuesto–, que él, debido a una inferencia deducida por sus conocimientos científicos, tuviera la idea de que existían tierras continentales ignoradas, y que el motivo principal de su viaje haya sido corroborar dicha hipótesis. De hecho, esta tesis, con la que sí hubiera sido posible imputarle el descubrimiento, fue la que intentaron imponer su hijo, Fernando Colón, y Bartolomé de las Casas, quienes trataron de ocultar el objetivo asiático del viaje. (O’Gorman)
Tal es la paradoja: Cristóbal Colón se encontró unas tierras que identificó mal y a pesar de esto tenemos que aceptarlo como descubridor de un lugar del que él mismo no tuvo idea. ¿Cómo se le va a responsabilizar por esto, si él llegó aquí por casualidad, por accidente, por un encontronazo de chiripa?
Fue hasta 1507 (un año luego de que Colón muriera), que un cartógrafo alemán, Martin Waldseemüller, elaboró un mapa basado en deducciones hechas por Américo Vespucio en 1501- 502, que advertían que estas tierras debían ser una isla separada de ‘la Isla de la Tierra’ (África, Europa y Asia), y como por malicia –que siempre ha sido más europea que indígena, recordemos que fueron los españoles quienes cambiaron sus espejos por el oro de los nativos– se le dio el nombre de América.
También hay teorías que señalan que en 1421 los chinos tenían mapas de todo el continente. Asimismo, hay datos acerca del asentamiento de vikingos por corto tiempo en el siglo X. Esto no quiere decir que fue Vespucio, o los chinos o los vikingos, quienes descubrieron América.
Hubo gente mucho antes de ellos, y a estos son a quienes se les debe considerar como sus descubridores. Estoy hablando de los indígenas. Ellos empezaron a poblar este continente desde hace aproximadamente 40 mil años, cuando los siberianos llegaron pasando por el Estrecho de Bering, hasta hace 12 mil años.
Darle mérito a Colón es superponer la figura de los españoles por encima de la de los indígenas, es tratar a los segundos como simples objetos. El esquema con que se nos explica este hecho histórico siempre es expuesto desde la mirada europea y ahí radica el error en el tratamiento de este tema. Verbigracia, decíamos al inicio que este día nos lo enseñan como “el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos indígenas y los españoles”, pero al ver lo que concretamente pasó, notamos que no se trató de un amable “encuentro y fusión de culturas”, por el contrario hubo muerte, esclavitud, exterminio de la identidad indígena, saqueo, violaciones, etc.
Las barbaridades y salvajismos cometidos por los europeos redujeron de 70 millones de indígenas que eran, o más, a 3 millones y medio, sólo un siglo después de la llegada de Colón. Del mismo modo, secuestraron de 15 a 60 millones de africanos, de los cuales sólo 10 millones llegaron con vida en condición de esclavos. Hoy todos criticamos a Hitler por asesinar a 17 millones de personas, ¿por qué no condenar con igual ímpetu lo que por eufemismo denominamos “la conquista española”?
Lo que en verdad marca esta fecha, es el inicio de la invasión del continente, y por eso, lo que habría que celebrar es la heroica resistencia que tuvieron y tienen aún los indígenas para conservarse física y culturalmente. Aunque cesaron muchos de los crímenes, el eurocentrismo sigue vigente y deberíamos emprender un proceso de descolonización, preguntándonos, por ejemplo, ¿Cuál es la situación material y espiritual de los indígenas actualmente en el continente?
Por: Juan Miguel Sanchez
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BIBLIOGRAFÍA
O’GORMAN, Edmundo. La invención de América
Biografías de: Américo Vespucio y Cristóbal Colón
Cartas de Cristóbal Colón
El Descubrimiento de América
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