lunes, 11 de noviembre de 2013

No hay universidad que aguante tanto aguacero.


Es irónico pensar en que hace algunos años estudiantes, profesores y trabajadores planteábamos la necesidad de no dejar que se nos cayera la Universidad haciendo referencia a la inminente privatización, al detrimento de la calidad académica,etc…

Pocos nos imaginábamos que lo plantearíamos nuevamente refiriéndonos demanera literal a no dejar que se nos caiga la UN luego de ver que hace dos años fue desalojado el edificio de Arquitectura, el riesgo constante que se vive en la facultad de Enfermería hace más de 1 año y que hace dos semanas un Aguacero y “las condiciones climáticas”, como diría el Señor Vicerrector, tumbaron por segunda vez una parte del techo de la facultad de Derecho y ocasionara otros daños en Ingeniería y en Química.

Condiciones climáticas podrían ser las que ocasionaron el tifón en Filipinas, o las graves consecuencias del invierno aquí en Colombia, y que incluso siendo aspectos de la “naturaleza” podrían haber muchas implicaciones prevenibles. Aquí, en la Universidad Nacional de Colombia, la cuestión no es de calentamiento global, es de negligencia pura y clara por parte de la administración, y hablo de la administración en genérico porque a pesar de que tanto Mantilla y Hernández lleven poco en sus cargos actuales, es larga su historia en otros cargos administrativos en la universidad. No es de calentamiento global, es de desfinanciación y una clara lógica administrativa al interior de la UN que pretende hacer de cada facultad un feudo que según su capacidad económica adquiere más “beneficios”.

El Rector Ignacio Mantilla ha hecho múltiples pronunciamientos diciendo que estáponiendo todo su empeño y su capacidad de interlocución para conseguir la Estampilla Pro Universidad Nacional y Universidades públicas, que saldará toda la crisis de infraestructura, que alcanza un déficit de 2 billones de pesos, para lo cuál ni la estampilla ni el plan de inversiones para infraestructura planteado hasta el 2021, cubren ni el 50%. Por su parte, el Vicerrector de la sede Diego Hernández, reconocido por su capacidad de tomar medidas arbitrariasy completamente descontextualizadas, ha planteado en varios comunicados que el problema de los edificios es el calentamiento global. Nuevamente, estudiantes,trabajadores y profesores estamos llamados al reto de enseñarle a la administración de la Universidad cómo es que se administra y se defiende a laUniversidad: ¿Qué mejor solución que en vez de pedir una plata por estampilla que no va a implicar un aumento en el presupuesto anual de la universidad, se exija de la misma manera y con el mismo ahínco 1billón de pesos más a la base presupuestal de la UN para solucionar la crisis de infraestructura actual, pero además poder invertir de aquí en adelante para prevenir este tipo de situaciones? Es una solución que aunque difícil, en el marco de gobiernos como los nuestros, es la más sensata y aún así: es posible.

Que la Universidad al día de hoy no aguante un aguacero más, es un triste ejemplo que se suma a la lista de otros tantos, para demostrar que como estamentos hemos tenido la razón en nuestras constantes denuncias e incluso pronósticos… Pero sobre todo, para demostrar que también tenemos propuestas y que si hubiera democracia en la Universidad seguramente entre todos podríamos llevarla mucho mejor a lo que hacen actualmente y han hecho históricamente las administraciones de la UN, serviles por demás a los gobiernos que quieren privatizarla. Es por ello, que es necesario que junto a los estudiantes de la facultad de derecho que han decidido exigir soluciones a esta crisis, todas las facultades y estamentos nos sentemos a discutir y proponer sobre cómo hacerle frente para que la universidad un día de estos no termine naufragando.

Maria Alejandra Rojas Ordoñez

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