lunes, 22 de agosto de 2011

Mesa Amplia Nacional Estudiantil. -- Ponencia FEU-Colombia y MEUP

Con entusiasmo y alegría, ofrecemos un saludo beligerante, fraterno y caluroso, al conjunto de estudiantes que confluyen hoy a este espacio de unidad y construcción de horizontes que allanen el camino hacia un nuevo modelo de Universidad, aquella Universidad basada en las históricas banderas del estudiantado colombiano, que con dignidad y convicción, ha luchado de manera incesante por la defensa de la Universidad; vislumbrando siempre la caducidad de la Universidad para la ganancia, la dependencia, la muerte y la explotación. Hoy nos convoca la grave situación en que se encuentran las universidades del País. Nos convoca la grave amenaza que se proyecta con la mal llamada “reforma a la ley 30”, pero más que eso, nos convoca la certeza de que debemos construir un nuevo modelo de Universidad, justamente aquel modelo de Universidad para la segunda, y definitiva, independencia del pueblo colombiano.

MOVILIZACIÓN:
Consideramos que la actual situación universitaria, expresión de la política de asfixia progresiva a la Educación Superior; y la que se proyecta con la propuesta de “reforma” a la ley 30, no se soluciona, por el contrario, profundiza ese panorama gris que se cierne sobre cada universidad del País. La actitud del gobierno frente a los universitarios ha sido puesta sobre la mesa en la propuesta de presupuesto para el año entrante, en la militarización de la UIS y la UDEA – saludo.; en lo últimos señalamientos a miembros de las comunidades universitarias.

La respuesta del estudiantado colombiano no puede ser de menor estatura que la que el pueblo colombiano le exige. No puede desentonar con la magnitud del proyecto neoliberal para con el derecho a la educación. Una reforma construida de espalda a las comunidades universitarias, una reforma redactada fuera de los campus universitarios que por el contrario se encuentran vigilados por los señores de la guerra, estatales y paraestatales, esos que usufructúan el estado de cosas existentes, esos que se benefician de las ingentes partidas presupuestales en detrimento de la financiación adecuada de la educación, la salud, la vivienda. Una reforma que se erige como combustible de la guerra, de las locomotoras en las que se transporta el producto del trabajo de pueblo colombiano explotado y marginado. Ante esa situación, por ella misma y sus implicaciones creemos que debemos responder con la consigna de un gran PARO NACIONAL UNIVERSITARIO; un paro universitario que ubique como objetivo fundamental el hundimiento de la propuesta presentado por el gobierno nacional y la construcción democrática de un proyecto alternativo nacido de el conjunto de la sociedad colombiana, especialmente la comunidad universitaria. Adicional a esta consigna central proponemos dos consignas de apoyo para la agitación: el rechazo al presupuesto de guerra, desproporcionado y despilfarrado, en relación al presupuesto para la educación, rechazamos el gasto en defender el “derecho” a reprimir y explotar por parte de las clases gobernantes, reivindicamos el derecho del pueblo colombiano a educarse, a liberarse y construir su destino. 

En segundo lugar, ubicamos la autonomía universitaria como consigna; consideramos que debemos reivindicar el deber de la Universidad a construirse académica y políticamente a sí misma, con el único limitante que es su deber ser, el pueblo colombiano y sus más sentidas necesidades; rechazamos la autonomía puesta como letra de cambio por parte de las directivas universitarias y el gobierno nacional al sector privado, la verdadera minoría nacional; rechazamos, así mismo la militarización, persecución y señalamiento al movimiento social en general y a las comunidades universitarias en particular.

Para el desarrollo del proceso de movilización es fundamental que sea la MANE el referente nacional, debemos entonces, trabajar por posicionarla como el espacio conductor a nivel nacional del proceso de lucha que estamos por iniciar. Eso pasa por dos cosas: la necesidad de posicionar a nivel local la MANE, que en la práctica implica el posicionamiento y fortalecimiento de las mesas locales en la universidades del País. Y la claridad política en la agitación de las consignas y objetivos de la movilización, pues insistimos en que cabe mucha de la responsabilidad de la situación actual de las Universidades a las directivas de las mismas, esta claridad debemos desarrollarla y plantearla ampliamente para que el movimiento universitario no sea presa fácil de oportunismos electorales, o por parte de directivas universitarias que nunca han defendido de manera consecuente a las universidades. Un último elemento a tener en cuenta es la necesidad de acumular fuerzas al interior de las universidades del país, fortalecer, balancear y establecer con mayor claridad los criterios de funcionamiento y adhesión a la MANE y las mesas locales. Y en lo externo a las universidades, establecer diálogos y definir estrategias nos permitan acercarnos con expresiones organizativas sociales y populares de cara a los objetivos de movilización propuestos. Siendo claros en que la MANE es un espacio de unidad con proyección a la construcción organizativa y programática unitaria de los estudiantes universitarios de Colombia.

Para el desarrollo de la movilización, debemos partir con la politización del estudiantado frente a la reforma propuesta por parte del gobierno nacional; ello nos lo exige la complejidad de tal propuesta, las modificaciones hechas con respecto a la primera propuesta y la oportunista intención de las directivas universitarias de mostrarse como la punta de lanza en la defensa de la Universidad. Pero además de ello, por el hecho de que es la cualificación conjunta una premisa para la movilización y la construcción de una propuesta de universidad alternativa; es decir, es la politización del estudiantado la primera tarea que debemos empezar a resolver de cara a los objetivos propuestos. Esta necesidad conlleva la de generar una estrategia comunicativa nacional para agitar las consignas centrales y desarrollar iniciativas de agitación, como la propuesta de brigadas estudiantiles. Proponemos articular los espacios comunicativos existentes antes que crear un nuevo referente para esa tarea. Un segundo elemento que debemos abordar es el desarrollo de una política de DDHH, para la cual proponemos también articular los escenarios existentes.

Nos sumamos a la propuesta de consulta universitaria sobre la reforma a la ley 30. Insistiendo en la necesidad de desarrollar espacios de politización previos a la misma, así como decantar la propuesta de manera tal que nos permita realizarla como una acción de alto impacto en lo político y en generación de opinión pública en y fuera de las universidades.

Por último, proponemos como fecha de movilización el 12 de octubre, fecha en que expresiones sociales y populares tienen planteadas jornadas de movilización, y en la que podemos participar agitando en el marco de una movilización general nuestras consignas; proponemos esta fecha como referente para el proceso de politización, agitación y organización en las universidades del país, ello siempre y cuando el desarrollo de la agenda legislativa no implique revaluar los tiempos de movilización. Es decir, proponemos que la propuesta táctica de construcción del paro universitario nacional asuma al 12 de octubre como momento en el que debemos haber obtenido la suficiente madurez para dar un salto cualitativo en el proceso de movilización y encarar la lucha que hoy nos convoca y preocupa.

Nos recogemos en la propuesta de movilización el 7 de septiembre, entendiéndola como el primer momento de movilización que dará inicio a nuestra preparación política, organizativa y programática del PARO UNIVERSITARIO NACIONAL, es decir, que el 7 de septiembre salgamos a las calles a avanzar en el camino que nos ha de llevar hacia una Universidad para la segunda y definitiva independencia.

ORGANIZACIÓN:
La MANE surge como espacio de unidad del movimiento estudiantil que proyecta no solo la lucha contra la nueva ley de educación superior; su objetivo principal es trascendente a la coyuntura y es construir referentes unitarios de acción, organización y movilización de carácter nacional. Es por ello fundamental que la MANE se proyecte en el mediano y largo plazo de cara a la construcción del programa de los estudiantes universitarios y la organización unitaria nacional. Este espacio debe mantener una franca relación con las mesas locales pues son estas las que le fortalecen y en las que descansa su que hacer; avanzar en el proceso de acercamiento y politización del estudiantado y abanderar un proceso de dialogo con otras expresiones del movimiento social y popular de cara a la lucha por una Educación Superior que se compadezca de las realidades del pueblo colombiano.

Para avanzar en ello debemos balancear de manera crítica el desarrollo de las mesas locales a nivel nacional; establecer criterios frente a la naturaleza de estas mesas, su composición y funcionamiento, hecho que nos permitirá trascender las dificultades inherentes al incipiente proceso de organización que estamos construyendo. Además de lo anterior, debemos definir estrategias que nos garanticen una efectiva participación de los espacios universitarios y del grueso del estudiantado colombiano; es decir, delinear estrategias para fortalecer la amplitud y democracia al interior de cada mesa local y de la MANE.

El desarrollo del proceso organizativo que estamos adelantando, y del proceso de movilización nacional proyectado, implican dos necesidades organizativas que debemos atender y resolver:
  • En primer lugar, y partiendo de la realidad universitaria, se hace pertinente definir una política de DDHH que permita denunciar y proteger en la medida de lo posible al estudiantado de la persecución, señalamientos y agresiones por parte del Estado. Es ya conocida la grave situación humanitaria del movimiento estudiantil, así como el papel del Estado en tales hechos.
  • Debemos articular los escenarios comunicativos que existen en las universidades del País; delinear una estrategia comunicativa que garantice la fluidez de la información al interior de la MANE a nivel nacional; también nos debe permitir establecer iniciativas para la agitación unificada de las consignas de la movilización que se definan en este espacio.

A nivel nacional, consideramos pertinente fortalecer y decantar más el espacio operativo de la MANE; insistiendo en que es la plenaria nacional de la MANE el máximo órgano decisorio a nivel nacional. Lo anterior implica que la tarea de tal comité es garantizar el desarrollo de las definiciones tomadas en este espacio. Sin embargo, consideramos el comité operativo debe tener como tareas, la de generar pronunciamientos en momentos que sea urgente hacerlos, coordinar la política de comunicación y DDHH; ello no implica, ni debe hacerlo, dar capacidad de interlocución al comité.

PROGRAMÁTICO:
Proponemos como objetivo programático de este encuentro dar inicio a la construcción del programa de los estudiantes universitarios; para ello, y partiendo de los objetivos propuestos de movilización, el hundimiento de la reforma y la construcción de una propuesta alternativa, planteamos la construcción conjunta de un programa mínimo como resultado del trabajo y del debate de estos días. Este programa mínimo contendrá elementos generales básicos que sirvan de insumos a la construcción del programa de los estudiantes, y recogerá las banderas fundamentales de los estudiantes colombianos. Será, entonces, parte de los insumos de la movilización y carta de navegación programática en el rechazo a la reforma propuesta por el Gobierno Santos.

Este programa mínimo se plantea como criterio de adhesión a la MANE, es decir, su defensa es premisa para la construcción de la misma. Y es planteado como un conjunto de elementos programáticos a ser desarrollados en la propuesta alternativa que debemos construir. Ello conlleva la necesidad de definir una metodología que enriquezca y supere ese programa mínimo hacia el programa de los estudiantes universitarios, que será más desarrollado y completo; dicho programa final, será como acordamos en el encuentro anterior, desarrollado en base a los aportes locales en un espacio nacional de naturaleza programática. Por tanto, el programa mínimo tiene un carácter de punto de partida hacia un programa general, y una naturaleza temporal mientras se logra tal programa de los estudiantes universitarios colombianos.

Proponemos, de acuerdo a lo anterior, los siguientes ejes para la construcción del programa mínimo y algunos elementos en cada uno de los ejes:

La Educación debe ser financiada por el Estado:
  • Educación gratuita financiada completamente por el Estado
  • Educación no haga parte de los acuerdos comerciales. La educación es y debemos reivindicarla, entenderla y construirla no como un servicio, no como un bien público; cuando en realidad se trata de un derecho de la población.

Bienestar Universitario:
  • Asumir el bienestar universitario como el conjunto de dimensiones que deben ser garantizados para el desarrollo de la vida universitaria, lo cual pasa por consideraciones étnicas, políticas, económicas, sociológicas, en salud. Pues son estas condiciones las que permiten la construcción de democracia universitaria y favorecen la consecución de los fines misionales de la Universidad y por tanto la posibilidad de la universidad como espacio de transformación social.
  • El bienestar Universitario debe construirse con y para las comunidades universitarias, sobre la base de la identificación de las condiciones necesarias para la vida en las universidades; así como deben ser dichas políticas evaluadas constantemente por las comunidades universitarias.

Calidad académica:
  • Los criterios de calidad académica, para que tengan un carácter propiamente nacional, deben ser definidos de acuerdo a la incidencia frente a las condiciones y problemáticas propias de la nación; para lo cual, dichos criterios serán definidos por un espacio democrático, con participación de la sociedad colombiana, el Estado y sector productivo.
  • Investigación: En el marco de la autonomía universitaria, la financiación estatal plena de la educación y la investigación pública; y de la relación universidad – sociedad, se definirán los lineamientos prioritarios que orienten la política pública investigativa, garantizando que la investigación y sus resultados respondan y contribuyan al mejoramiento de las condiciones y problemáticas de la nación.

Democracia y autonomía:
  • Que la universidad le sea garantizada – lo cual pasa por su financiación estatal – su potestad de definir su rumbo académico, político y administrativo. Tal rumbo debe definirse de manera amplia, incluyente y determinante por parte de las comunidades universitarias, estudiantes, profesores y trabajadores sin por ello perder de vista el norte y justificación de la universidad: la sociedad colombiana, sus reales problemáticas y más sentidas necesidades.
  • Respeto absoluto a los campus universitarios, sus comunidades y sus acciones. La universidad es un espacio de crítica, transformación, conocimiento y cultura absolutamente; fuera la bota militar de los campus universitarios, fuera el seguimiento, control y vigilancia militar – estatal o paraestatal – de los centros universitarios del País.

Universidad y Sociedad:
  • La educación en salud como la posibilidad de materializar la relación universidad sociedad; en ese sentido planteamos al hospital universitario como centro de desarrollo científico y académico en franca relación con las problemáticas de la población colombiana y como fuente de crítica para construir un modelo de salud distinto.
  • La universidad como centro de control, evaluación, seguimiento y definición de proyectos de intervención social en materia de política pública, reivindicando la participación de la sociedad en general en el desarrollo de dichos proyectos.

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