sábado, 31 de diciembre de 2011

Y el personaje del año es…


Por Alexánder Molina Guzmán

La llamada MANE, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil. Sí, el movimiento estudiantil de las universidades públicas y privadas. Los estudiantes universitarios hicieron despertar al león que dormía desde la década del 70. Éste se levantó y le rugió muy fuerte al Gobierno Nacional e hizo que retirará la reforma a la educación superior que tenía cocinada sin el consentimiento de quienes iban a ser “reformados”. Con una nueva manera de hacer la protesta estudiantil, los universitarios no sólo sorprendieron al gobierno, sino que atrajeron la admiración de la sociedad: La protesta se puede hacer sin papas explosivas, se puede hacer a punta de besos, abrazos, claveles y con antorchas, logrando buenos resultados.


Estos estudiantes nos recordaron que la vida universitaria es mucho más que pagar una matrícula, sentarse a escuchar una clase, obtener unas notas y conseguir un título. Porque el olor del universitario se siente más cuando se participa de las diferentes actividades que se generan desde la misma entraña de la universidad, cuando se participa ¡del mismo movimiento estudiantil! Y también enviaron un claro mensaje social: Si no peleamos por lo que es nuestro, nadie peleará por nosotros.

Por ejemplo, este país se lo están robando, históricamente, por los cuatro puntos cardinales y eso no es lo peor, lo peor es que lo seguimos permitiendo, pues sabemos quiénes son y aun así los seguimos manteniendo en el poder.

O por ejemplo, seguimos permitiendo que recurrentemente se reforme al Estado desde abajo, pero que nada cambie desde arriba, pues siempre, reiterando más el ejemplo, se modifica el sistema de pensión de los pobres, pero no el de los congresistas o el de los magistrados. Al pobre le ponen un largo camino de años y de edad para alcanzar una mínima pensión, ¡si es que lo logra!; pero con un par de meses, un congresista, por aquello de las “palomitas”, logra una millonaria pensión. Cuando hay crisis económica, para seguir con el ejemplo, de seguro hay despido de personal de varias empresas o de personal del Estado, pero nunca se piensa en disminuir el número de congresistas que tenemos. ¿Por qué seguir sosteniendo un Congreso de ese tamaño? Colombia puede “sobrevivir” sólo con el 15% de los congresistas que sostenemos.

Bueno, la MANE nos dejó varias lecciones muy buenas. Ojalá esas manifestaciones de inconformismo calen en la mayor parte de la sociedad, esa mayoría que sufre el poder de la minoría y no se indigna de verdad.

Fuente: La Nación

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