Por: Camilo Andrés Guerrero Martín
Desde hace ya varios años, la presidencia de la república y la rama del poder legislativo, ha estado en manos de camarillas políticas y familias enfrascadas en las altas esferas sociales de la nación; lo anterior ha desembocado en la no participación del pueblo en los procesos de construcción del país, en un gobierno que cada vez más monopoliza su mandato; dando paso a una naciente crisis social.
La anterior crisis social tiene un gran impacto en la sociedad Colombiana que puede saltar a simple vista en los ingresos de los Colombianos, se percibe en la extensión de la miseria en las zonas urbanas y rurales, en el empobrecimiento de las clases medias y populares, en la disminución en las oportunidades de ascenso para los sectores populares del país y a su vez una crisis que tiene repercusiones en el nacimiento de nuevos líderes, lo cual afecta enormemente el recambio en el liderazgo colectivo.
Veo con gran preocupación que las esferas y camarillas del poder son cada vez menos idóneas para ejercer la jefatura del estado, ya que no representan los intereses del pueblo colombiano.
Gran parte de la población Colombiana (Siendo la juventud una de las más representativas) ven con escepticismo a la mayoría de partidos políticos y no reconocen en ellos su representatividad de ideas ya que estos partidos aprovechan la expectativa política del pueblo y le montan a la nación una farsa de una supuesta rivalidad, pero todos tienen en común unos mismo objetivos y deseos, detrás de esto hay una nueva opresión del pueblo sutil y difícil de comprender; solamente debemos dar una ojeada al gabinete de la presidencia actual, el ex candidato del partido Cambio Radical es hoy Ministro del Interior, el entonces candidato de la colectividad Liberal ejerce el mando de la cartera de justicia y la ex postulada por los conservadores hace parte del cuerpo diplomático nacional.
¿Es posible que la solución de la crisis nacional provenga de quienes la han provocado?
Claro que no, la solución la tiene el pueblo Colombiano, porque salir de la crisis no depende de un mandatario, ni de un partido sino de una nación entera; debemos derrotar las camarillas que agobian al país con su maquinaría, que el pueblo logre el poder, porque hoy no lo tiene, eso evidencia los últimos mandatos presidenciales, es necesaria la participación popular más allá del voto, una participación consiente y reflexiva, que el pueblo desarrolle la capacidad analítica y crítica para estudiar sus realidades así asegurando no depender nunca de partidos ni gobernantes transitorios, lo anterior con el único fin de integrar a la sociedad Colombiana a los procesos de edificación de un estado que atienda sus propias necesidades.
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